Rodeado por una reserva protegida de bosque seco tropical, amplia diversidad de aves y una inigualable riqueza artesanal se encuentra Usiacurí, “el Pesebre del Atlántico”, como es también conocido este municipio.
Declarado en 2018 como destino turístico sostenible, Usiacurí le ha apostado al fortalecimiento de su vocación turística y a la transformación social a través del arte, la cultura y la poesía. En 2021 con la estrategia “Usiacurí es más”, impulsada por la Gobernación del Atlántico y la Fundación Pintuco, un grupo de artistas locales y nacionales pintaron el macromural que hoy adorna los techos de la zona urbana, como homenaje a la fauna del lugar y en especial, a la reserva natural Luriza que alberga numerosas especies de aves.
Recorrer sus estrechas calles es todo un viaje de color al encontrar en cada rincón murales y escaleras con hermosas obras inspiradas en el legado del poeta colombiano Julio Flórez.
Para la alcaldesa, Katherine Pasos, la participación de la ciudadanía ha sido clave y una muestra del crecimiento inclusivo que ha consolidado a este destino como punto obligado del Caribe, para visitantes de todas partes que han visto su gigantesco potencial turístico. En un año pasaron de recibir 1.200 visitantes a 7.000 mensualmente, e incluso hasta 12.000 en temporada alta.
Además de ofrecer senderismo y avistamiento de aves, Usiacurí también es despensa de una gran variedad de artesanías en palma de iraca, gracias a su tradición ancestral, transmitida de generación en generación. Aquí se puede visitar la Iglesia Santo Domingo de Guzmán, la Casa museo Julio Flórez, el Mirador del Sagrado Corazón de Jesús, el tanque elevado intervenido artísticamente, así como proyectos de agroturismo y ecoturismo que dinamizan la economía de las familias cuyas fuentes de ingresos están representadas en estas actividades.
ANKUA ECOHOTEL
Ankua es una alternativa innovadora que conforma la oferta hotelera del municipio, ofreciendo un concepto de conexión directa con la naturaleza, donde las familias, parejas y todo tipo de público puede disfrutar la vista al amanecer y el atardecer desde cabañas amigables con el medio ambiente, piscinas naturales, avistamiento de aves, alimentar animales, talleres y muchas otras actividades que contribuyen a una convivencia armoniosa con el entorno.
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